Cuando tomé la decisión de cambiar el chip y emprender un proceso de crecimiento personal, no tenía idea de lo que ésto iba a ser ni a dónde me llevaría. Quienes me conocen saben que pasé por una etapa "difícil", no quiero decir dura porque aún cuando estamos bien puede ser dura, digo difícil porque no me entontraba con todas mis cartas en la mano. Movía fichas sin pensar, daba pasos sin dirección y tomaba decisiones sin reflexión. La mala noticia es que no he cambiado tanto, jeje, pero la buena es que sé ahora cual es el camino que debo seguir.
No creo que sea distinto a los demás cuando aseguro que todos llevamos una mochila a cuestas cargada de muchas cosas inútiles. Somos una especie de afectados por el síndrome de Diógenes, sólo que en lugar de atesorar objetos, acumulamos sentimientos y emociones... y no siempre positivos.
Hace unos días tuve una conversación con mi amigo callista -sí, el que ha hecho de "termómetro" de mi clima emocional- y al escucharme y escucharlo entendí muchas cosas del pasado reciente. No quiero pensar que soy más sabio o menos burro en la asignatura de la vida, pienso que soy más feliz y que tengo más paz en mi interior. En esa conversación le decía la necesidad que sentía de compartir lo que me está pasando, las sensaciones que tengo y el bienestar que siento, a la vez que un miedo por transformarme en un "resabido" de la vida.
Ha querido la suerte o el universo que por mi vida se crucen personas que me han ayudado a ver y entender al NicanorII en su versión antigua. Conociendo a otros he aprendido de mí. En más de una ocasión he sentido las ganas de compartir mi aprendizaje, como si eso fuese suficiente para convertirlo en el aprendizaje de otro... no, cada quien adquiere su aprendizaje en el momento y de la forma que mejor sabe o puede y lo único que yo puedo hacer es estar ahí para ellos, como ellos han estado para mí. Lo que pasa es que quisieras regalar esta tranquilidad y esta paz a aquellos que quieres y que carecen de ella... de momento.
Hoy puedo decirle a mi amigo callista que ahora lo entiendo más y que valoro su permanente preocupación por mí.
Hoy hace un año de esa decisión y quiero brindar por mí.
Os dejo un regalito que sé que os gustará. Se llama Some Lessons y la canta Melody Gardot, os dejo la letra, también.
SOME LESSONS
Well I'm buckled up inside
It's a miracle that I'm alive
I do not think I can survive
On bread and wine alone
To think that I could have fallen
A centimeter to the left
Would not be here to see the sunset
Or have myself a time (refrain)
Well why do the hands of time
So easily unwind
Some lessons we learn the hard way
Some lessons don't come easy
That's the price we have to pay
Some lessons we learn the hard way
They don't come right off and right easy
That's why they say some lessons learned we learn the hard way
Remember the sound of the pavement
World turned upside down
City streets unlined and empty
Not a soul around
Life goes away in a flash
Right before your eyes
If I think real hard well
I reckon I've had some real good times (refrain)
Well why do the hands of time
So easily unwind
Some lessons we learn the hard way
Some lessons don't come easy
That's the price we have to pay
Some lessons we learn the hard way
They don't come right off and right easy
That's why they say some lessons learned we learn the hard way
2 comentarios:
A mí todo esto me parece muy bonito y de verdad que me alegro por ti. ¿Pero no crees que te estás dejando a mucha gente por el camino? Creo que son gente que te aprecia, pero de las cuales estás pasando un día sí y el otro también. La amistad hay que cuidarla no sólo con palabras. Y ser más feliz no significa ser más egoísta :)
Me alegra leer estas palabras, porque "¡¡¡¡ohhhh gran ego mío!!!!", fui yo quien empujó un poquito para que dieras ese pequeño-gran paso.
Es fenomenal descubrir ese mundo desconocido que siempre ha formado parte de nosotros.
Como siempre, ya sabes que te quiero mucho.
Firmado,
Rojo como tu pelo....
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