martes, 27 de mayo de 2008

CARPE DIEM


MAGIC, Chucho
Si preguntáis por mí me encontraréis aquí,
disfrutando del tiempo que me queda por vivir.
Siempre procuré beber la vida intensamente,
disfrutando cada trago que me queda por vivir.
Respiré la vida como nadie más,
aprovechando el tiempo que me queda por vivir,
que lo mejor de nuestra vida aún está por ocurrir.
Todo el amor del mundo
lo derrocharemos tú y yo,
cada segundo del tiempo que nos queda por vivir,
que lo mejor de nuestra vida aún está por ocurrir.
Que lo mejor de nuestra vida aún está por ocurrir.

Hoy hablaba con mi amigo callista y directamente le pregunté: ¿nombra a alguien que puedas calificar de coherente? Su respuesta se centro en tres personas cercanas, muy cercanas a él, y que curiosamente gozan de cierta estabilidad y, aparentemente, altas dosis de felicidad.

Curiosamente en nuestro entorno común no encontramos un ejemplo claro.

Yo, por mi parte, tengo claro que estoy aprendiendo a vivir el día a día, a decir “carpe diem” y aprovechar cada día, “cosechando el día”. No es fácil. Años de recurrentes auto-cuestionamientos y la estúpida manía de buscar explicaciones lógicas a las cosas derivan en el come-come de mi cabeza. Aún así, cada día lo intento.

Quiso la suerte, o lo que sea que haya sido, que me vea en una de las pruebas más duras para evaluar mi avance en la materia. Asumo que todo tiene un coste y que esto no será la excepción.

Con todo ello, nada ni nadie me quitará la experiencia de estas semanas… y si el futuro me pilla distante de él, me habré quedado con una bonita historia, quizás con la que me ha hecho sentir más valorado y respetado.

Si me ves por la calle y mi rostro te dice algo que no entiendes, no pretendas averiguarlo, déjame saborearlo y cuando sepa lo que está pasando te lo contaré.

A vivir que son dos días.

La canción con la que empieza este post la conocí por él. Me acompaña siempre que necesito una carga de buen rollo para animar el día y poner buena cara al “Carpe diem”

Un beso a todos