viernes, 15 de febrero de 2008

GANDALF... TE ESPERAMOS


Ayer me dieron una de las noticias más bonitas que he recibido en mucho tiempo. Dos amigos queridos, A y E, están embarazados! Desde aquí y desde ya, me ofrezco para hacer de babysitter cuando en los momentos duros rueguen por un rato a solas para cenar o ir al cine como en los viejos tiempos. Tengo carta de recomendación y nueve sobrinos me avalan.

Una vida que va creciendo dentro de ellos. No imagino la sensación. No puedo siquiera pretender entender las emociones que se van despertando en ellos.

Quien me conoce sabe de mis deseos frustrados –de momento- de ser padre. Sé que llegado el momento de serlo sabría hacerlo bien, pues estoy convencido que para ser un buen padre lo fundamental es querer serlo. A y E lo serán, me consta su deseo de que este momento llegara.

No quiero ni puedo decir más. Simplemente quiero enviarles a los “tres” un abrazo cálido y mi cariño.

Felicidades!

Postdata. Lo de Gandalf es una broma… eso espero, besos

miércoles, 13 de febrero de 2008

UN SISTEMA LLENO DE ALMAS... GEMELAS


Hace tiempo que no escribo. Hace tiempo que no comparto con vosotros mis emociones y sentimientos a través de este espacio. Hace tiempo que os echo de menos.

Hoy, mi amiga R me preguntaba ¿ya no escribes en tu blog? Respondí que hacía mucho tiempo que no lo hacía, pero que lo echaba de menos; a lo que ella respondió: “me gustaba lo que escribías” Pues bien, querida amiga, este post va por ti, por los amigos que pueden ser… almas gemelas.

Hace unos días recibí en mi casa a dos grupos de amigos que apenas se conocen entre ellos. La invitación, forzada inicialmente por algunos, tenía como fin el provocar un acercamiento entre ellos.

Quince personas invadieron mi casa. Son mis amigos, pero no son todos, pues no estaban algunos a quienes tengo mucho que agradecer y que quiero tanto.

Durante días me dediqué a limpiar mi casa y a cocinar para ellos. Me gusta que mis amigos se sientan cómodos en casa. Y así fue. Comieron, conversaron, rieron, cantaron, bebieron y bromearon. Se fueron contentos y yo me quedé felizmente cansado. El esfuerzo valió la pena. Fue un domingo alegre entre comida mexicana y risas por todas partes.

Cuando se fueron todos pensé con nostalgia: “qué pena no tener alguien con quien compartir este momento, alguien que hubiese sido coanfitrión y con quien comentar el transcurso del día”.

Recordaba cada momento, cada risa, cada comentario favorable de unos para otros, las risas que mi querida P generaba en todos –si la conocieran en las distancias cortas, en las conversaciones, seguro que la adorarían-, las provocaciones de J intentando ponerme el sello del grupo del que forma parte, el rubor de mi JN ante las miradas y bromas seductoras de P,… cada momento venía a mi cabeza. En ese instante me convencí de algo: “quien entre en mi vida tiene que encajar”, pues mi dicha no sería completa sin esas personas compartiendo mi vida con quien se convierta en mi compañero.

Esta tarde, con mi “hermano” J, hablaba de nuestras expectativas. Ambos hemos pasado por muchas historias, por diversas rupturas y por algunas parejas. En un momento pregunté: “¿tú crees que alguno de nuestro grupo llegue a casarse?” a lo que respondió que ahora mismo su negatividad le hacía pensar que no.

Pues bien, esta noche mientras la colada seguía su proceso centrifugador, me puse un episodio de Sexo en Nueva York, esa serie que para algunos está llena de estereotipos y tópicos, pero de la que aún así puedes extraer algo que te haga pensar. La casualidad quiso que fuese el primer episodio de la temporada cuatro, en el que Carrie cumple 35 años y recibe un plantón de todos en su cena de cumpleaños. En dicho episodio hay una frase de Charlotte –con quien me identifica mi compañero de piso- que dice a Carrie mientras ésta declara su sensación de soledad: “no os riáis de mí, pero quizás podríamos pensar que nosotras (Miranda, Samantha, Carrie y Charlotte) somos almas gemelas” Y he caído en cuenta que las almas gemelas no siempre son las parejas, a veces los amigos, los verdaderos, pueden ser nuestras almas gemelas.

Soy afortunado. Tengo muchas almas gemelas. Almas gemelas que me dan vida, que me dan alegrías, que me sujetan cuando me tambaleo y que me riñen cuando quieren abrazarme pero prefieren que aprenda la lección.

Ahora, mientras llega mi compañero –sí, es verdad que para todos hay alguien especial- disfrutaré de mis almas gemelas.

Gracias a todos vosotros, y a ti, R que, aunque no estuviste eres tan especial como todos ellos.

Os dedico la foto. Cada planeta un alma, cada uno distinto, todas almas gemelas pues forman parte de un sólo sistema, mi corazón.